martes, 22 de abril de 2014

Historia del Imperio Bizantino



HISTORIA DEL IMPERIO BIZANTINO


ALEXANDER VASILIEV

La historia del imperio romano no termina en el año 476 d.C. sino que el imperio sigue existiendo como unidad política única pero gobernado por un solo emperador sin su par de occidente.
Esta obra detalla, para los amantes de la historia de Roma, los sucesos que ocurrieron desde el 330 (fundación de Constantinopla) hasta el 1453 (caída de Constantinopla).
La narración empieza por explicar que el imperio Bizantino, llamado así por historiadores inescrupulosos, no es otro más que el Imperio Romano en la edad media.Se analizará la situación religiosa en la época de Constantino, su posición política y religiosa en este asunto así como la de su dinastía. Tras el fratricidio de los hijos de Constantino veremos que el sucesor de Constancio (hijo superviviente de Constantino)sería elevado al trono imperial como Juliano, emperador sumamente culto y de fuerza de voluntad increíble. Al morir este en la guerra con los persas sería sucedido por Joviano, después de este se elevarían al trono Valente y Valentiniano. Valente perecería en la recordada batalla de Adrianópolis frente a los godos.
Veremos también las acciones de Teodosio el Grande quien asignaría dos emperadores para un imperio único, Arcadio y Honorio fueron herederos del anterior.
Bajo Teodosio II se construyeron murallas en Constantinopla y se organizó una escuela filosófica en la misma ciudad. La obra legisladora de su gobierno influyó no solo su imperio sino la naciente Europa.
Bajo el reinado de Zenón es que cae Roma (476) al ser depuesto el usurpador Rómulo Augusto, quien se había proclamado Emperador de Occidente. Odoacro, el bárbaro que lo depuso devolvió las insignias imperiales por lo que Zenón quedo como único emperador romano.
Anastasio fue un emperador que legaría a su sucesor unas arcas estatales saneadas de tal forma que este pudo realizar ambiciosos y megalómanos proyectos de conquista. Hablamos del emperador Romano más famoso en cuanto a la legislación, de cuyo código han bebido los estados europeos al organizar sus leyes y constituciones: Justiniano sería por sus conquistas recordado, su instrumento sería el general de talento Belisario quien extendería el imperio un cincuenta por ciento reconquistando Cartago a los vándalos, Italia y Dalmacia a los Ostrogodos, el sur de España a los Visigodos. Sin embargo, el imperio sufriría devastaciones por parte de persas y eslavos. El edificio más recordado de este periodo es la iglesia de Santa Sofía, la cual sería un canon para el pueblo ruso, para occidente y para los turcos. La mayor obra y con seguridad la que es imperecedera es el Corpus iuris Civilis, así como las numerosas novelas y el Digesto las cuales son parte de la obra legislativa que copilaba toda la legislación romana escrita hasta entonces.
Justino II no tendría mucha suerte pues perdería gran parte de Italia con la invasión lombarda y tras la caída de Daras (en la frontera persa) enloqueció. El emperador Mauricio escribiría su famoso Strategicón, un tratado militar muy estudiado. A pesar de su talento sería derrocado por Focas quien a su vez sería depuesto por Heraclio. Heraclio es el famoso salvador del Imperio, detuvo y venció a los persas cuando estos asediaban la capital recuperando las provincias de Palestina, Siria y Egipto. Agotados los contendientes tras una guerra ruinosa cayeron presa fácil de las hordas árabes. Solo Constantino IV sería capaz de detener a los árabes pero en las murallas de Constantinopla.
Los emperadores Isáuricos y amorianos combatirían duramente contra los invasores árabes siendo destacable mencionar a León III quien infligió severas pérdidas a los mahometanos en Acroinon.
El esplendor militar del imperio se conocería bajo la dinastía macedonia, la cual tendría egregios representantes como Niceforo Focas, Juan Tzimisces, alcanzado su apogeo con Basilio II.
Vasiliev toca también las turbulencias del último periodo de la dinastía macedonia, la batalla de Manzinkert en la que Romano Diógenes cayo prisionero y las invasiones turcas. El imperio conocería aún un último periodo donde tendría peso político internacional: Bajo los comneno.
Los tres comneno Alejo, Juán II y Manuel I elevarían el prestigio del imperio de los romanos para poco tiempo después sufrir los estragos de la cuarta cruzada. Esta dividió al imperio en despotados más pequeños, creando en lugar del glorioso imperio un Imperio Latino de Constantinopla.
La dinastía de los Paleólogo, sucesora de los Lascaris, sería la última. Los cañones turcos conquistarían en 1453 la agotada ciudad de Constantinopla y con eso se daría fin al Imperio Romano.

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